
¿Haz explorado alguna vez tu vulva?
“… ahora quiero el plasma, quiero alimentarme directamente de la placenta. Tengo un poco de miedo: miedo de entregarme, porque el próximo instante es lo desconocido. ¿El próximo instante está hecho por mí? ¿o se hace solo? Lo hacemos juntos con la respiraciòn. Y con una desenvoltura de torero en la arena.”
Clarise Lispector, “Agua Viva”.
Cuando empece a prestar atención a mi vulva, a mi pelvis, de una manera que no lo había hecho antes algo se abrió en mi, una manera de percibir diferente, de percibirme diferente, de ir abrazando cada vez un poco más este cuerpo finito. Me di cuenta, que algunas partes solo las había mirado y tocado otras personas, y a veces no de la manera más amorosa, me di cuenta que no les había dado amor, no las había reconocido, no podia leer su lenguaje.
Nuestro cuerpo está atravesado, es un cuerpo subjetivo y objetivo a la vez, contiene significados múltiples, de aquí su importancia de conectar con él, mirando, tocando, masajeando, visualizandolo, activandolo en nuestra mente, activando nuestro esquema, restableciendo la comunicación.
Y es muy Importante también hacerlo con nuestra pelvis, nuestros ovarios, útero, vagina, vulva, y lo que simboliza tanto fuera como dentro de nosotras, para comprendernos integralmente y reaprender su lenguaje. Renombrarnos, resignificarnos, reconectar con nuestro yo creativo, parte de nuestra esencia desde aquí.
Está región de nuestro cuerpo es un territorio poco explorado y comprendido y paradójicamente es en parte lo que nos sostiene corporalmente, nos comunica con el mundo y la tierra de una manera particular, sin romanticismos.
Revitalizando mi centro
Aquí les dejo unos ejercicios para poder ir reconociéndose de una manera diferente.
Para comenzar buscaremos un momento donde nos aseguraremos estar tranquilas, sin interrupciones, preparar nuestro espacio, el ritual del encuentro con una misma, con olores, música, lo que necesitemos, tendremos un espejo a mano, hojas, lápiz, colores y más. Retomaremos para iniciar la meditación de la luz, para relajarnos y conectar con el lenguaje del corazón salvaje. -Recordarnos que aquí no hay bien ni mal, que no tengo que demostrar nada, ni ser buena en nada, aquí vamos con los ojos de nuestra niña, dispuesta a sorprendernos y a vulnerabilizarnos, dejándonos sostener por esta gran madre tierra y por nuestras ancestras, y el espíritu de nuestra red.- |
Contemplarme:
Vamos a acercarnos a la anatomía de mi vulva, me pongo en una posición cómoda donde vea toda mi vulva, si es acostada con los piernas abiertas y ligeramente dobladas, colóco el espejo de una manera que no tenga que sostenerla, la contemplo, la observo, sin apuro y la dibujo, con todos los detalles que más pueda, y le coloco los nombres que reconozca.
Puedo profundizar. Pinto mi vulva como quiera, agregando lo que quiera. – Para observarla mejor abro todos los rincones de mi vulva.-Como se siente observarme, que pensamientos me aparecen, que sentipensares.
Recorrerme y masajearme:
Ahora voy a tocar mientras reconozco estas partes, integro las partes que me rodean, el ano, el perineo, los músculos de mi pelvis.
Puedo elegir un aceite de coco para que sea mas placentero, recorro con mis dedos y reconozco, donde me gusta más y donde menos, como me gusta más y como me gusta menos, donde siento más y donde siento menos, diferentes percepciones, sensaciones y texturas. Completo mi dibujo con esto.
Profundizarme:
Masaje vaginal breve.
– En la cama con el espejo para ver los movimientos y los cambios, aunque en la ducha, una vez que ya lo tengas explorado puedes hacerlo en la ducha. –
1- ubica tu dedo gordo en tu vagina o si es más comodo el índice/medio. Toca el lado derecho de tus músculos pélvicos y exhala con la intención de: entregar lo que ya no necesito.
2- toco el lado izquierdo de los músculos pélvicos y respiralo, en la próxima exhalación relaja con la intención de: entregar todo lo que ya no necesito.
3- vuelve a tocar el lado derecho de tus músculos pélvicos y respira a través de tu ovario derecho: Invito a la luminosidad de mi ovario a que inunde mi cuenco pélvico.
4. Volver a tocar el lado izquierdo de mi musculatura pélvica y respirar a través de mi ovario izquierdo; Invito al resplandor de mi ovario izquierdo a que inunde mi cuenco pélvico.
5- Ubica tu dedo en el centro de tu vagina. Inhala y contrae los músculos de tu vagina, en la próxima exhalación empujo los músculos de tu vagina. Respira a través de el centro de tu cuenco pélvico tres veces diciendo estas afirmaciones: soy vida, soy resplandeciente, restablezco la comunicación con mi vagina, con mis deseos.
Y lo que te aparezca afirmar. Cierra agradeciendote por darte este momento.
Si te ha gustado, puedes compartirlo, comentarme, cualquier duda puedes preguntarme. Y si buscas un acompañamiento no dudes en escribirme.
Gracias por leerme.
Sara